Gustavo Quinteros atendió a Encancha antes de irse a andar en bicicleta, una de sus rutinas que comenzó en Chile y que lo ayudan a no padecer los dolores en los meniscos, como tantos ex jugadores. De ese hobby que tanto lo ayuda y de otros aspectos personales, habló en esta entrevista.
Solo unas horas después de haber levantado la Copa Chile con Colo Colo, y de esa forma, comenzar a cerrar el duro episodio del año pasado, donde el equipo peleó hasta el último minuto del duelo de definición ante Universidad de Concepción la chance de evitar el descenso, se puede conocer al Quinteros íntimo.
El sufrimiento de estar viviendo este dulce momento lejos de su familia, las dificultades que debe enfrentar en la cocina y su exceso de competitividad, que le ha valido algunos regaños de su mujer, son parte de un imperdible mano a mano con el DT más importante del momento en el fútbol chileno.
¿Cómo es vivir en soledad, sin tu esposa e hijos?
La verdad que se sufre un montón. Nos tuvimos que adaptar a este mundo distinto con la pandemia. Yo hace casi un año que no veo a mis papás y creo que tengo seis meses sin ver a mi esposa e hijos. Ahora, por suerte, el 9 llegan acá para estar conmigo y eso me tiene muy feliz.
¿Cómo es Gustavo Quinteros de dueño de casa?
No te voy a mentir: hago lo que puedo. Al mediodía me ayuda que almuerzo en el club, porque nos quedamos trabajando con los muchachos del cuerpo técnico hasta, por lo menos, las tres de la tarde. Y a la noche suelo pedir comida. Más allá de algún asado o una pasta, no hago. Me encantaría aprender a cocinar, pero te soy sincero: no sé y mucho no me gusta.
Competitividad a toda prueba
Háblame de ese Gustavo Quinteros que no le gusta perder a nada y hasta a veces es retado por su esposa.
Es más fuerte que yo el hecho de querer ganar a todo. Cuando juego contra mis hijos al tenis (al fútbol no puede hacerlo por una lesión) a veces ni siquiera les dejo ganar un set. Y mi esposa más de una vez se ha enojado y retado por esa situación. Pero me nace ser competitivo e incluso se ve reflejado en la cancha. Algún futbolista se equivoca y me expreso demasiado, más allá de que ahora en frío te digo que no debería pasarme, porque todos nos equivocamos.
¿Es cierto que Chile encontró en ti a un gran ciclista?
Salvo cuando voy a mi pueblo (Cafferata, en la provincia de Santa Fe), nunca soy de andar en bicicleta. Y acá encontré una solución: hace cerca de cinco meses trato de andar a diario porque me ayuda muchísimo al problema de mis meniscos. Hoy te diría que, gracias a la bicicleta, podría hasta volver a jugar al tenis una vez por semana.