Fabián Manzano, exvolante de la Universidad Católica, hoy en Deportes Copiapó, se afianza en la Primera B, aunque tiene el sueño de volver a la máxima categoría, y más aún sabiendo que su elenco dio el primer golpe ante Deportes Puerto Montt, en una de las llaves de la Liguilla de Ascenso.
A sus 27 años, y con experiencias en equipos como Palestino y Unión La Calera, se adapta al "León de Atacama", donde ha agarrado una continuidad que han repercutido en su confianza.
"Hago una evaluación positiva de mi estadía aquí en Copiapó, hemos encontrado regularidad y siempre nos mantuvimos peleando en la parte alta de la tabla. Lamentablemente no pudimos conseguir el ascenso directo, que era la meta que nos planteamos a fin de año, pero el balance es muy bueno. Hicimos una gran campaña. Me he adaptado bien, el grupo es muy bueno, sano. En lo personal, he podido jugar una gran cantidad de partidos y eso me tiene contento", cuenta en conversación con En Cancha.
Jugar debe ser lindo, pero igual hay que adaptarse a la zona...
Sí, pero no he tenido problema. Yo soy oriundo de San Esteban, muy cerca de Los Andes, y la verdad que el tema del calor no es tema para mí. De hecho acá encuentro fresquito, corre viento. Allá de donde soy el poco aire que corre siempre es caliente. Quizás el tema de la cancha puede que sea complejo, entrenamos en pasto sintético siempre, y eso se sufre al principio, pero después uno se acostumbra.
Muchos jugadores de Primera, que después llegan a la B, dicen que en esa categoría se madura mucho más rápido, porque se ven y se viven cosas que en la división de honor no. ¿Te pasó eso?
En mi caso no, siempre me consideré un jugador maduro y bien centrado, consciente de las cosas que vivía. Ahora, sí te puedo decir que uno aprende a valorar más las cosas que tenía antes. En lo futbolístico, obviamente todo es distinto. Hay menos espacios, se juega un poco más fuerte, no hay VAR y eso te permite ir un poco más fuerte a las pelotas. La verdad es que uno se adapta a la división. Tácticamente es inferior a Primera, pero se suple con otras cosas. Se corra más, por ejemplo.
¿Y te costó cambiar el chip? Porque tú jugaste en la UC, Unión La Calera y Palestino, todos en Primera...
Lo fui llevando bien. Obviamente tuve que aprender a ser un poco más agresivo, pero no me costó tanto.
¿Cómo ves al equipo en esta Liguilla del Ascenso? ¿Le ves chances de llegar a la Promoción?
Sí, pero va a ser complejo. Hay una carga física y emocional muy grande, porque tienes que jugar con los mejores equipos de la categoría y después no basta con eso, porque tienes que definir todo con un equipo de Primera. Hay que pasar muchas llaves para lograr el objetivo, pero nos veo bien, hicimos buena campaña. Tenemos un nivel interno que es bastante parejo. Hemos tenido algunas bajas y entra otro y el nivel sigue igual.
Tú que te desenvuelves en el ascenso, ¿cómo se palpa la posibilidad de que la Universidad de Chile sea el cuadro que juegue la Promoción?
No te voy a mentir, sería especial porque es un equipo grande. Pero nosotros vamos paso a paso, e independiente del rival, vamos a querer ganarlo a toda costa. Sí es la U, le daría un condimento especial, no te lo voy a negar, sería único, especial, por lo que nosotros nos jugamos, que sería histórico, y por lo que sería tenerlos a ellos en esa situación.
Experiencia en tierras charrúas
Jugaste en Racing de Uruguay el 2020. ¿Qué tal esa experiencia en el fútbol charrúa?
Muy buena, mi primera experiencia en el extranjero. Justo venía saliendo de una lesión en La Calera, y esa oportunidad llegó cuando no la esperaba. Si me preguntabas cuándo me hubiese gustado ir al extranjero, te diría que después de Católica, pero las cosas llegan de repente. Tuve la chance de jugar varios partidos, las dos ruedas del campeonato, y fue súper intenso. Participé bastante. Llegamos a play off, no se cumplió el objetivo, pero hicimos un gran campeonato. Me dieron un trato increíble y estarán siempre en mi corazón.