Nicolás Díaz, zaguero chileno que juega en Mazatlán de la Liga MX, se refirió a su proyección en el fútbol y a la posibilidad de volver en algún momento al fútbol chileno, en el que reveló que le gustaría jugar en la Universidad de Chile. En conversación con Encancha, el exdefensa de Palestino contó los detalles de su frustrado traspaso a Colo Colo y lo que fue su abrupta salida de los "Árabes" al extranjero a tan temprana edad. Por último, “Nico” apuntó que siempre antes de un partido importante que juegue su hermano le envía un mensaje de apoyo para que se concentre en el juego. ¿Cómo te tomaste tu salida de Palestino al fútbol mexicano? Yo quería salir al extranjero, porque aquí uno aprende varias cosas, como vivir solo, dejar la casa de mis papás, pagar cuentas etc. Todo eso a uno le ayuda para lo que viene en la carrera del jugador. Me vine a México por querer buscar experiencia y también para poder estar más cerca de la Selección. ¿Te proyectas en México o salir a Europa? Mi idea es seguir acá en México o irme a Europa. Me gusta la liga italiana, la española, hay muy bien fútbol ahí, es mi sueño irme a Europa y jugar en alguno de esos países. En su momento estuviste listo para firmar en Colo Colo, ¿tú decidiste no ir? Si yo me iba a Colo Colo, quizás no me iba llegar el llamado a la Selección que tanto quería. Eso salí a buscar y cuando me vine para acá era porque Pablo Guede me quería en el club y cuando se fue el otro entrenador que llegó me dio mucha confianza para seguir jugando. Yo preferí irme a México porque, si llegaba a Colo Colo, después se me iba hacer difícil salir al extranjero. En el fútbol chileno, ¿algún club grande que te gustaría jugar? Me daría lo mismo, pero la U me llama mucho la atención por su hinchada y por el club que es. Es una institución grande y me gustaría jugar ahí en algún momento. ¿Le entregas tu apoyo a tu hermano cuando va de titular en River Plate? Siempre le mandó un mensaje de éxito, que entre concentrado porque el Paulo es muy desconcentrado y cuando se concentra es sobresaliente, pero hay que tenerlo así, es como un niño chico. La idea es que entre con las pilas desde el primer minuto.