Con este método puedes dejar tu trapero como nuevo

Descubre los mejores consejos para lavar tu trapero y prolongar su vida útil.

Trapero. De esta manera podrás dejarlo impecable. (Canva)

Los traperos son herramientas esenciales para mantener los pisos limpios, pero si no se cuidan adecuadamente, pueden acumular suciedad, bacterias y malos olores que comprometen su eficacia. Esto no solo afecta la limpieza de tu hogar, sino también la salud de quienes lo habitan.

Aprender a limpiarlos correctamente es fundamental para mantener un ambiente higiénico, libre de gérmenes, y alargar la vida útil de este indispensable utensilio de limpieza.

Conoce cómo mantenerlo limpio.
Conoce cómo mantenerlo limpio.

Este es el método para dejar tu trapero como nuevo

Existen varios tipos de traperos, y conocer cuál usas es clave para determinar el mejor método de limpieza. Por ejemplo, el trapero de microfibra es ideal para recoger polvo y pequeñas partículas, además de poder lavarse a máquina y secarse rápidamente.

El trapero de algodón, por su parte, es muy absorbente, aunque puede acumular olores si no se limpia adecuadamente. El trapero de esponja es perfecto para limpiar superficies duras y cuenta con un cabezal reemplazable.

Finalmente, el trapero plano o de pala, generalmente fabricado con materiales sintéticos o microfibra, es fácil de limpiar y mantener.

Pasos para lavar y desinfectar tu trapero

  1. Enjuague inicial: antes de cualquier producto de limpieza, enjuaga el trapero con agua caliente para eliminar la suciedad superficial.
  2. Preparar una solución de limpieza: llena una cubeta con agua caliente y agrega detergente suave. Añade una taza de vinagre blanco para desinfectar y eliminar olores.
  3. Lavado manual: sumerge el trapero en la solución y, usando un cepillo de cerdas suaves, frota bien las áreas más sucias o manchadas.
  4. Enjuague final: asegúrate de retirar todos los restos de detergente enjuagando el trapero con agua limpia.
  5. Secado adecuado: cuelga el trapero en un lugar ventilado y evita la exposición directa al sol. Si prefieres, puedes usar una secadora a baja temperatura si el material lo permite.