Jesse Langford es un estudiante australiano de 22 años que el 9 de diciembre de 2019 vivió el momento más difícil y horrendo de su vida. En una reciente entrevista con People, el joven contó que durante una excursión escuchó unos ruidos muy parecidos a "fuegos artificiales" que lo asustaron de sobre manera a él y a su familia.
Sin embargo, se trataba de un volcán que había hecho explosión cerca de la costa de la isla Norte de Nueva Zelanda, llamado Whakaari, donde se encontraba con su familia haciendo una excursión.
Tras fotografiar el enorme cráter, Langford, su padre, su madre, su hermana y el resto del grupo trataron de regresar a su barco para iniciar su retorno sin pensar que el volcán Whakaari volvería a hacer erupción.
"Todos nos dimos la vuelta para verlo", cuenta el joven en el nuevo documental de Netflix The Volcano: Rescate de Whakaari, que se estrena este viernes a nivel mundial.
La increíble historia de supervivencia de Jesse Langford
"Fue tan aterrador y desalentador, pero era una vista bastante hermosa... al menos hasta que las cosas se pusieron realmente peligrosas", continuó contando Jesse, quien reveló que su vida cambió para siempre luego de sentir cómo el calor de la explosión le golpeaba la cara.
"Fue entonces cuando de repente todo se volvió real y aterrador. Rocas del tamaño de personas volaban por el aire a nuestro alrededor y todo empezó a volverse negro", relató. "Corran", comenzó a gritar el guía de la excursión, con el fin de que se salvaran.
Fue ahí cuando corrieron por el terreno rocoso en dirección a la playa, mientras el humo los ahogaba y el vapor los quemaba. Sin embargo, Langford encontró un gran montículo en el que se podía refugiar. "Pero antes de que pudiera alcanzarlo, una roca me golpeó en la espalda con tal fuerza que me tiró al suelo", dijo.
"Acabé acurrucado en posición fetal, intentando protegerme la cara y aguantando la respiración para no respirar el vapor", recordó Langford, quien en ese momento pudo ver dónde se encontraban sus padres y su hermana.
Pasado el tiempo, cuando el humo y el vapor ardiente terminaba con la vida de sus compañeros de excursión, Jesse tuvo que vivir en carne propia la muerte de sus padres y su hermana, quienes fallecieron producto del humo y de la gravedad de sus heridas.
Una vez que vivió esta terrible situación decidió armarse de valor y caminar hasta algún lugar donde pudiera ser encontrado por otra persona, y así fue, ya que un hombre lo encontró y lo guió hasta un barco que lo llevó de vuelta a tierra firme. "Nunca había sentido tanto dolor", dijo el joven, quien sufrió quemaduras de tercer grado en el 70% de su cuerpo que requirieron 18 intervenciones quirúrgicas que lo mantuvieron durante tres meses en el hospital completamente solo.
Langford también reveló que de las 21 personas de su grupo, solo sobrevivieron tres y que el cuerpo de su pequeña hermana nunca fue encontrado, por lo que se cree que fue arrastrado mar adentro tras una fuerte tormenta que azotó la isla poco después de la erupción.
Ahora, a tres años del incidente y a un día del estreno de su documental en Netflix, Jesse Langford se convirtió en mentor del programa Share Burns Peer Support, donde ayuda a personas que han llegado al hospital donde él fue atendido.
