No es un animal y tiene 250 años: la espectacular nueva estrella de Buin Zoo

Se trata de una especie endémica presente entre las regiones de Antofagasta y Coquimbo.

Buin Zoo. Presenta colección botánica con una de las plantas más traficadas hacia el exterior. (BUIN ZOO)

El zoológico nacional Buin Zoo, el más grande de Chile, destacó una de sus colecciones botánicas más excepcionales hasta el momento. Se trata de la recopilación de 29 de las 32 especies de cactus autóctonos del norte del país

Estos ejemplares son considerados especialmente valiosos debido a su limitado hábitat, el cual se ha visto modificado por el cambio climático y, por consecuente, disminuido su zona de crecimiento silvestre. En la muestra destaca uno en particular, único por edad, origen y tamaño.

Presenta colección de plantas endémicas y valuadas en una fortuna.
Presenta colección de plantas endémicas y valuadas en una fortuna.

Esta es la nueva planta estrella del Buin Zoo

De acuerdo a lo informado desde el zoológico, la colección aborda ejemplares de cactus de la familia Copiapoa, particularmente valorados en Europa y Asia, donde se pagan pequeñas fortunas para obtenerlos.

Al respecto, el botánico, agrónomo y responsable de la colección, César Mancilla, explicó a Las Últimas Noticias que, “su hábitat está muy ligado a la camanchaca costera típica de la zona norte de Chile. Entonces, a medida que ésta se ha ido modificando producto del cambio climático, también se ha estrechado el área de crecimiento de esta familia de plantas, una de las más traficadas ilegalmente hacia el exterior”.

Agregó que el valor de estas plantas está principalmente ligado a su subsistencia, ya que, “normalmente no sobreviven cuando son sacadas de su hábitat” y presentan características diferentes cuando son criados en viveros o en su ambiente natural.

Por lo anterior, sostiene que el ejemplar de mayor valor de todos posee alrededor de 250 años, tiene origen silvestre y posee cualidades únicas.

Esta planta posee una base gris con una formación desorganizada que hacia su punto más alto se torna verde y con una estructura similar a una corona.

Según Mancilla, “ese color gris se debe a una cera que la planta solo produce en su hábitat natural y que sirve para que las minúsculas gotas de niebla que capta en su tallo y espinas escurran hasta el suelo, regándola. Esa cera no la produce en viveros donde son regados artificialmente, lo que denota que nuestro Copiapoa gigantea vivió silvestre unos 200 años, hasta que fue llevado a la vieja colección abandonada, de donde lo salvamos”.