Exclusivo centro gastronómico chileno podría cerrar por conflicto con municipio: 1.000 personas quedarían sin trabajo

La empresa dueña de la concesión está en estado de alerta debido a que el contrato finaliza en febrero de 2025 y el ente comunal no estaría dispuesta a sellar un acuerdo.

BordeRío podría cerrar sus puertas si no llega a un acuerdo con la Municipalidad de Vitacura.

Uno de los polos gastronómicos más importantes de Chile, que es incluso reconocido en el exterior por los excelentes restaurantes con los que cuenta, podría cerrar sus puertas. Todo esto, debido a un conflicto que existe entre la empresa encargada de operar el lugar y la Municipalidad de Vitacura.

Se trata de Inversiones Santa Mónica, empresa que cuenta con la concesión de BordeRío. El conflicto tiene una larga data y una acción judicial de por medio. En septiembre de 2022, la empresa mencionada presentó una demanda en contra del municipio en la que pedía indemnización por perjuicios debido a que la pandemia generó, según indicaron en la acción, un “hecho sobreviniente, imprevisto, irresistible y transitorio para las partes”, por lo que solicitó la suspensión del plazo de contrato de concesión. La justicia falló a favor de Santa Mónica, y de esta manera, el vínculo se prolongó por 17 meses.

El conflicto que podría derivar en el cierre de Borderío

Tras esto, el ente comunal presentó un recurso ante la Corte de Apelaciones para revertir el fallo de primera instancia, cuestión que ha generado preocupación entre las autoridades de BordeRío. Julio Riutort, gerente general de la empresa, comentó en declaraciones con Diario Financiero que de cara al próximo fin de la concesión, en marzo próximo, si es que no hay un cambio de postura, la situación podría ser crítica.

Más de mil personas trabajan en los restaurantes ubicados en BordeRío.
Más de mil personas trabajan en los restaurantes ubicados en BordeRío.

El ejecutivo explicó que Vitacura no está dispuesta a dialogar. De hecho, confirma, ni siquiera ha iniciado un proceso de licitación. “El contrato de concesión vence en marzo del 2025. Tenemos que darle certeza jurídica a nuestros operadores y a las familias que trabajan. Es una situación compleja”, indica.

Al no haber una respuesta en la Suprema a la apelación del municipio, los tiempos apremian. “Puede ser que BordeRío tenga que cerrar. Si llegamos a esa fecha sin acuerdo y con un juicio abierto, la municipalidad no va a poder tomar posesión efectiva del recinto y tampoco se va a poder licitar”, explicó.

Riutort comentó igualmente que “esto puede durar años. Por eso queremos acelerar todo y sentarnos a conversar con la municipalidad. Es lógico llegar a un acuerdo”.

Los locatarios de BordeRío, indica el gerente general, están inquietos ante el problema, que en caso de no tener un final feliz podría dejar a más de mil personas sin empleo.