Templo de Satán: Así es la asociación que quiere legalizarse como religión en Chile

El grupo quiere lograr un hito histórico, siendo la primera asociación religiosa de este tipo en legalizarse tanto en nuestro país como en Latinoamérica.

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Este 30 de julio, los miembros del Templo de Satán: Satanistas y Luciferinos de Chile, buscarán obtener el permiso legitimo del Ministerio de Justicia para constituirse como una asociación religiosa legal en nuestro país.

Y es que apelando a la libertad de culto que ofrece Chile al ser un Estado laico, este grupo humano compuesto por al menos 25 personas de todas las profesiones y oficios podría convertirse en la primera asociación de este tipo en toda Latinoamérica en ser reconocida formalmente.

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¿Quienes son los satanistas y luciferinos de Chile que buscan ser reconocidos como religión?

Este culto satánico se fundamenta en buscar una religión que esté lejos de los abusos y la corrupción, basándose en principios básicos como el respeto hacia los animales, la libertad de pensamiento, y el rechazo hacia el fanatismo, la intolerancia, y la participación de líderes religiosos en los asuntos del Gobierno.

No imponemos a nadie nuestra visión de las cosas o del mundo, no imponemos nuestras creencias a nuestros vástagos, ni a persona alguna, pues estamos a favor de la libre determinación de la personalidad”, señaló el portavoz del grupo al medio Biobío Chile.

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En cuanto a sus prácticas religiosas, estas están marcadas por un profundo simbolismo y la realización de rituales paganos con velas y versos en enoquiano, avéstico y latín de fondo en las reuniones casi secretas (para protegerse del odio que reciben constantemente por personas externas a la organización y fanáticos religiosos) que organizan entre sus miembros de forma regular en un edificio residencial capitalino.

De hecho, a pesar de su nombre, el Templo de Satán no adora al diablo, como se podría pensar, ni tampoco realizan ninguna de las prácticas que pintan en las películas en grupos de este tipo, sino que más bien utilizan al diablo, el “rebelde eterno”, como el símbolo de un adversario contra todos los otros dogmas del mundo, ya que gran parte de sus seguidores son apóstatas, personas que abandonaron otras religiones decepcionadas por acciones como los actos de pederastia y abusos que se han dado en las iglesias en el último tiempo.

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