La fiscalía presentó el miércoles 20 ante el tribunal la solicitud de cadena perpetua para Nicolás Zepeda, quien está siendo juzgado en apelación en Francia por el asesinato de su exnovia japonesa Narumi Kurosaki en 2016, quien ha estado desaparecida desde entonces.
“Todo, reitero, todo indica a Nicolás Zepeda en la muerte de Narumi Kurosaki”, declaró el fiscal Étienne Manteaux ante el tribunal de apelación de Vesoul, destacando que se trató de un asesinato premeditado.
Durante el juicio en primera instancia en 2020, Manteaux ya había solicitado cadena perpetua, pero en esa ocasión, el tribunal lo condenó a 28 años de prisión al considerarlo culpable de la muerte de la joven japonesa.
Según la acusación, Zepeda cruzó el Atlántico para encontrarse con la joven dos meses después de su ruptura y presuntamente la habría asfixiado o estrangulado en la madrugada del 5 de diciembre de 2016 antes de deshacerse del cuerpo.
¿Cuál fue el veredicto?
Durante la mañana del 21 de diciembre se confirmó la condena por 28 años de Nicolás Zepeda, por homicidio con premeditación. El Estado francés ha comunicado, a su vez, que el homicida no podrá salir del país europeo en lo que dure su sentencia.
Según las declaraciones del fiscal a cargo del caso, Étienne Manteaux, la víctima fue asesinada en su habitación el 5 de diciembre, entre las 3:15 y las 3:21 de la madrugada. El fiscal sostiene que el homicidio fue por asfixia y que el cuerpo fue arrojado al río Doubs, según su “hipótesis más probable”.
Antecedentes de una sentencia
En el transcurso de la investigación, las autoridades francesas solicitaron la extradición de Zepeda, ya que este regresó a Chile. La solicitud se materializó en 2020, después de que el imputado fuera detenido por la PDI en Viña del Mar.
A pesar de las negativas de Zepeda, quien ha afirmado en múltiples ocasiones no tener ninguna relación con el hecho, en su última declaración expresó en francés: “Nunca quise estar en medio del dolor de la familia de Narumi, nunca quise estar en medio del dolor de mi propia familia, de mi propio dolor, pero no soy un asesino, no soy el asesino de Narumi”.
Sin embargo, diversas pruebas lo vinculan con la desaparición. Entre las evidencias en su contra se encuentran mensajes enviados a la familia de Kurosaki a través de redes sociales, que se presume fueron escritos por el acusado.
