La noche fatídica
Era cerca de la 1 de la mañana de un jueves que parecía ordinario cuando Francisco, un hombre de 48 años, llegó a su departamento en la Avenida Manquehue Sur, cerca de la intersección con Avenida Cristóbal Colón.
María Eugenia Sánchez, la conserje, recibió su saludo habitual, pero la cara de Francisco no ocultaba el malestar que lo corroía. Un hombre, al parecer, acostumbrado a rutinas predecibles tenía una expresión intranquila que no pasó desapercibida.
Un Descubrimiento Estremecedor
Ya en el cuarto piso, al entrar en su departamento, Francisco encaró una escena que desafía las palabras, una imagen inenarrable. Espantosa. En una habitación, sus dos hijos de 11 y 14 años, este último con síndrome de Down, yacían sin vida. En otro cuarto, la más joven, su hija de 10 años, también había encontrado un final trágico.
En la pieza matrimonial, la mujer estaba tendida, aún con vida pero con heridas graves.
Detrás de este panorama de horror se alza la figura del subprefecto Óscar Alvarado, de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) quien reveló más tarde una oscura realidad. Un arma cortante encontrada en el lugar se alzaba como testigo silente de los asesinatos perpetrados por la madre: Begoña, quien a pesar del intento de suicidio posterior, en un acto desesperado y marcado por el horror, seguía con vida, aunque herida de gravedad.
La desesperada búsqueda de ayuda
Francisco, en su desesperación, llamó a un amigo cercano que vive en las proximidades. Una vez que este llegó, juntos tomaron la decisión de acudir a un punto de seguridad en la Municipalidad de Las Condes, en busca de auxílio.
El Llamado a la PDI y Carabineros
Sin embargo, la ayuda que tanto ansiaban no llegó a tiempo. A pesar de los esfuerzos agotadores de la conserje para contactar a la PDI y a Carabineros, el tiempo parecía dilatarse mientras la tragedia se desenrollaba.
La incertidumbre se apoderó de Francisco y su amigo. Los minutos transcurrían lentamente mientras la realidad cruda e incomprensible se manifestaba ante ellos.
Finalmente, con funcionarios municipales a su lado, lograron regresar al departamento. Sin embargo, enfrentaron un obstáculo insospechado: las llaves se habían quedado dentro del lugar. La puerta cerrada se interponía entre ellos y las respuestas.
Frente a esta barrera, la determinación se convirtió en su aliada. Ante la urgencia de la situación, derribaron la puerta, venciendo el obstáculo.
El mensaje de Begoña
Fuentes cercanas al caso indicaron que, aunque en un primer momento Begoña fue encontrada con signos vitales, finalmente perdió la vida a pesar de los intentos de reanimación.
No se encontró ninguna nota o carta en el lugar, pero se supo que Begoña había enviado un mensaje de WhatsApp a Francisco minutos antes de los hechos, con un texto alusivo a lo que iba a suceder.
La familia, que vivía en el edificio desde hacía dos o tres años, parecía normal a los ojos de los vecinos.
Según informó La Tercera, Begoña, ingeniera comercial, había trabajado en cargos gerenciales de una reconocida multitienda nacional, mientras que Francisco trabaja como fotógrafo. Aunque familiares descartaron que estuvieran en proceso de separación, señalaron que Begoña padecía de depresión.
El persecutor a cargo de la investigación, Claudio Suazo, indicó que no había antecedentes ni denuncias de violencia intrafamiliar.
Conmoción en la comunidad
El caso ha conmocionado a la comunidad residencial, a la comuna de Las Condes, al país entero.
La alcaldesa Daniela Peñaloza prometió ayuda psicológica para los familiares afectados y para los funcionarios municipales que colaboraron en el caso. La conserje, aún impactada, expresó durante la mañana en el matinal de Chilevisión su incredulidad y empatía por los niños afectados. Incluso se dio el tiempo para ser entrevistada por los medios.
*Ayuda disponible
El Ministerio de Salud de Chile pone a disposición de la ciudadanía un número telefónico para consultas o inquietudes sobre acciones o intenciones suicidas, tanto propias como de terceros.
Si necesitas ayuda, puedes comunicarte a la línea de prevención del suicidio al *4141 o a Salud Responde al 600-360-7777.