La enfermera que sufrió 11 apuñaladas el pasado 26 de junio al salir de su turno en la Clínica Cordillerana, en la comuna de Las Condes, Pola Álvarez, aseguró que ya se siente mucho mejor y que no tiene problemas para dar a conocer su testimonio.
Durante una entrevista, que será transmitida este martes en Mega, la profesional indicó que se siente mejor y que "ya no tengo tanto susto de contar mi historia".
La mujer de 32 años señaló además que quería contar lo que le pasó a mucha gente, con el fin de que se pueda difundir, ya que "es necesario visualizar lo que pasa, no tanto con los funcionarios de salud, sino que a nivel nacional todos los trabajos pasa de ser un acoso laboral a ser un acoso personal".
Respecto al ataque en sí, indicó que ella nunca vio la moto. Más bien, ella pudo observar que su agresor "iba caminando y se fue corriendo. Yo quedé tirada en el suelo, ensangrentada completamente porque tenía un corte muy grande en la frente. Chorreaba mi sangre".
"Me paré y no corrí altiro a la clínica, que fue lo primero que yo pensé", explicó, añadiendo que "o sea, primero en mis hijos, después dije, necesito salvarme. Pero, ¿Qué hago? Voy a correr en dirección donde mismo se fue él y me va a matar".
Álvarez continuó diciendo: "Yo dije, si me voy a morir, quiero que sea la última vez que vea a mis hijos. Adoro con el alma a mis hijos, los amo, los amo, los amo...".
A raíz de este hecho, dos personas se encuentran imputadas: Patricia Henríquez -excompañera de trabajo de la víctima- y a su pareja Enrique Hanson, quienes se encuentran en prisión preventiva por el delito de homicidio calificado frustrado.