Durante este sábado se publicó una entrevista de El Mercurio, donde el pediatra y exministro de Salud, Enrique Paris, relató desde su hogar cómo está viviendo estos días luego del cambio de gobierno. Además, habló sobre su infancia, historia de vida y su percepción sobre el nuevo gobierno.
Entre los temas que tocó, abordó de un aspecto de su vida privada que no suele abordar de manera pública: su orientación sexual. En la entrevista relató lo difícil que fue para él crecer bajo una educación jesuita, en el Colegio San Javier de Puerto Montt.
Relató que en el establecimiento religioso eran muy estrictos con el sentido del deber, pero a su vez le inculcaban "un sentimiento de culpa también. Que es brutal. Ellos inculcaban mucha culpa, mucho pecado", señaló el exministro.
Enrique Paris: "Mi papá siempre estuvo preocupado porque me casara"
El pediatra además contó que a su padre le preocupaba que no estuviera casado como el resto de los médicos de su generación. Ahí relató que hizo una beca de pediatría en el Hospital Calvo Mackenna y luego, cuando viajó a Bélgica, se encontraba pololeando.
En ese minuto tenía planificado casarse, pero de regreso, tomó la decisión de no hacerlo. Ahí se vio en la obligación de confesarle su condición sexual a su pareja. "Ella no le creyó y le pidió que se hiciera asesorar por un médico, él lo hizo", se lee en la entrevista.
"Me tocó un psiquiatra muy religioso -dice y se ríe- igual me sirvió para hacer yo mismo mi propia reflexión", señaló Paris.
Al preguntarle las razones por las que no se casó, el exministro respondió: "Yo sabía que eso pasaba, pero desde mi punto de vista era impensado, y necesitaba ser honesto conmigo mismo. Además, para mí, eso era moralmente inaceptable".
Hoy es distinto
Además, el médico de 73 años se calificó como "maravilloso" el hecho de que los niños, niñas y adolescentes de hoy puedan expresar con libertad lo que están sintiendo.
"Es maravilloso que los niños puedan expresar lo que les sucede, lo que van sintiendo. Lo vi siendo pediatra, niños que decían me siento así o asá a sus papás, al doctor. Es una duda terrible para ellos; no es que sea una cosa fácil tampoco, pero yo creo que es mucho mejor que lo digan, que transparenten sus problemas, sus inquietudes, y no que las oculten".