Mario Marcel será el ministro de Hacienda de la futura administración del presidente electo, Gabriel Boric, a partir del 11 de marzo próximo, como se constató en el anuncio que oficializó este último el viernes en el Museo Nacional y que estará conformado por más mujeres que hombres como Izkia Siches en Interior, Maya Fernández en Defensa y Camila Vallejo como vocera en la Segegob.
El revuelo que generó la confirmación del creciente rumor, no logró obtener reacciones del hasta ese momento presidente del Banco Central desde 2016. Primero, porque no pudo asistir a la ceremonia tras ser notificado que era una persona "en alerta Covid", por contacto estrecho; y, en segundo lugar, porque se emitieron declaraciones públicas.
La primera de ellas del Instituto Emisor, al oficializar la renuncia de su timonel luego de cinco años de ejercicio en el cargo. La entidad contó que Mario Marcel se mantendrá en sus funciones hasta el próximo jueves 27 de enero, pero que "se abstendrá de participar en instancias de decisiones, incluida la Reunión de Política Monetaria de la próxima semana".
Posteriormente, el propio economista emitió un comunicado en el que agradecía al presidente electo, y explicaba cuál será su rol de aquí en adelante. Entre sus desafíos estará "ayudar a crear las condiciones económicas, financieras y operacionales para que los compromisos establecidos con la ciudadanía se puedan cumplir", indicó.
Añadió que el futuro Jefe de Estado "ha señalado que entiende que ello requiere avanzar paso a paso, con diálogo y responsabilidad fiscal, pero también con decisión, asegurando la legitimidad y sostenibilidad de los cambios", enfatizó.
La noche del viernes, Marcel abordó la situación de manera más personal, y a través de su cuenta de Twitter explicó los motivos que lo instaron a aceptar la cartera de Hacienda, que no les tan ajena, dado que fue Director de Presupuesto en el gobierno del expresidente Ricardo Lagos (2000-2006).
"¿Por qué acepté ser ministro de Hacienda del futuro gobierno del Presidente Boric? Hace solo unos días dije que los economistas debíamos ser capaces de salir de nuestra zona de confort, contribuir a ampliar los límites de lo posible y ser inconformistas. Por eso", sentenció.