Horas claves vive la Democracia Cristiana (DC) luego de los adversos resultados de la megaelección de convencionales constituyentes, gobernadores regionales, alcaldes y concejales, que obligaron a la rearticulación del partido y al cambio de su cronograma electoral, aplazando para el martes la esperada proclamación de su candidata presidencial y actual senadora, Ximena Rincón.
Esto luego del remezón que tuvo la colectividad, que esperaba ser el partido de mayor votación dentro de la oposición enmarcada en la Unidad Constituyente y la Lista del Apruebo, pero sólo obtuvo dos escaños dentro de la Convención Constitucional, con el presidente de la colectividad Fuad Chahín y el independiente en cupo del partido, Christian Viera.
A ese resultado se sumó la sorpresa en la elección de gobernadores regionales, donde a pesar de conseguir diversos cupos para la segunda vuelta, también obtuvieron una exigua ventaja donde pensaban que iban a ganar con holgura.
Ese fue el caso de la Región Metropolitana, donde el exintendente Claudio Orrego, ganador de la primaria del sector, no logró imponerse en primera vuelta y quedó con poco más de 25% de los votos, a muy poca distancia de Karina Oliva (Comunes), quien le arrebató a la derecha la chance de ir a un balotaje con el demócrata cristiano el próximo 13 de junio.
Desastre electoral
La mala experiencia en los comicios fue asumida como una debacle por algunos de sus representantes como el diputado Gabriel Silber, quien manifestó que el resultado en las urnas marcaba "un desastre electoral" para la DC, siendo además el primero que pidió postergar la junta nacional.
"Tenemos que reevaluar la Junta Nacional y darnos más tiempo para el debate. Tenemos una crisis política mayor. Incluso más allá del tema presidencial, más allá de Ximena Rincón o Yasna Provoste, como algunos han querido instalar, porque como digo acá el desastre electoral amerita de otra manera, si no se arriesga el fin o la extinción de la DC, si es que no le damos el peso a lo que ocurrió", sostuvo el legislador.
Además aseguró que las malas cifras obtenidas en el proceso electoral "es un castigo a la DC, que tenemos que leerlo, obviamente, con atención. Aquí nadie puede mirar hacia el techo o lavarse las manos. Tampoco pasa por un cambio de directiva, eso sería lo más fácil, porque, como digo, es una crisis estructural y para eso necesitamos un poco más de tiempo".
En ese sentido, los demócratas cristianos también estarán obligados a considerar el buen resultado de la presidenta del Senado, Yasna Provoste en la reciente encuesta Cadem, en donde marcó una meteórica subida de más de 21 puntos, situándose con un 57% a la cabeza del ítem de percepción positiva, desbancando a Pamela Jiles en el primer lugar.
Esto podría ser una amenaza a la candidatura presidencial de la senadora Rincón, que quedó en punto muerto, en principio, hasta que la tienda falagista defina qué hará para revertir el actual escenario y conquistar los votos de una ciudadanía que sigue sin participar y de aquella que le dio su preferencia a los independientes.
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