Un acuerdo para acabar con el gobierno del Presidente socialista Salvador Allende en septiembre de 1973, entre Estados Unidos y el gobierno golpista brasileño de la época, fue revelado por la CIA durante esta jornada, y en el que se sostuvieron varias reuniones en la Casa Blanca entre los gobernantes Richard Nixon, y el general carioca Emílio Garrastazu Médici.
Según la información revelada por el National Security Archive, se sostuvo una reunión entre altos oficiales brasileños, ya que uno de ellos creía que "Estados Unidos obviamente quiere que Brasil 'haga el trabajo sucio' en Sudamérica", por lo que Nixon pidió en varias oportunidades trabajar en el derrocamiento de Allende.
Garrastazu le dijo a Nixon que Allende iba a ser depuesto "por la misma razón que (el presidente Joao) Goulart había sido derrocado en Brasil". Goulart fue depuesto por un golpe militar en 1964, instaurando una dictadura que duró hasta 1985.
El periodista carioca, Roberto Simon, también entregó datos sobre una de sus investigaciones aparecidos en su libro "Brasil contra la democracia: dictadura, golpe en Chile y la Guerra Fría en Sudamérica", como que la dictadura brasileña tenía sus propias motivaciones, estratégicas, ideológicas, económicas y de otro tipo, para intervenir en Chile.
"Brasil dio un apoyo directo y un modelo para la dictadura de Pinochet. La imagen del régimen militar de Brasilia como una 'marioneta de Washington' completamente alineado con la superpotencia regional es un mito y relega a Brasil a un mero rol subsidiario en la región", explicó Simon.