Durante el mediodía de este martes se llevó a cabo la audiencia de formalización de Jorge Escobar, único detenido tras la muerte de Tomás Bravo en la Provincia de Arauco. En la instancia, el fiscal a cargo de la investigación, José Ortiz, se refirió a un informe del personal del Departamento Criminológico de la Policía de Investigaciones (PDI).
En él, se entregaron conclusiones respecto al análisis de los relatos que realizó el imputado cuando declaró en calidad de testigo, tras la desaparición del menor de tres años. "Se pesquisaron elementos de relevancia forense como ausencia de sentimiento de culpa y disfunción en la esfera de la sexualidad", indicó Ortiz.
En la misma línea, el informe describe "inconsistencia entre los tiempos de salida del domicilio, las actividades que señala haber realizado y el horario en que comunica la pérdida del niño a la familia".
Acerca del análisis del relato de Escobar, se indicó que "si bien su discurso en relación a los hechos surge de manera espontánea, su capacidad referencial se vería coartada, presentando dificultad para ampliar su discurso frente a la indagación, además de control consciente de la información", esto sería inconsistente con experiencias realmente vivenciadas, lo que "restaría fiabilidad a lo dicho por el evaluado".
“Aplanamiento e indiferencia afectiva”
Tras detallar lo concluido por el Departamento Criminológico de la PDI, el fiscal a cargo se refirió al análisis realizado por el Centro de Asistencia a Víctimas de Atentados Sexuales (Cavas), de la misma institución, que realizó sobre el testimonio de Jorge Escobar. El cual indicó "baja expresividad emocional y un relato que impresiona como estructurado y poco detallado".
"Evidencia restricción de información respecto a su comportamiento, incluso identificándose respuestas falsas, que se confrontan con información obtenida de terceros. En ese sentido, destaca la falta de cooperación espontánea del imputado" frente a preguntas de los entrevistadores sobre tópicos de su vida, donde las respuestas "tienden a ser acotadas y desde la deseabilidad social".
A su vez, "se pesquisa una falta de coherencia ideo afectiva. Es decir, en el nivel del lenguaje no verbal no se identifican variaciones que acompañen su discurso, impresionando, más bien, aplanamiento e indiferencia afectiva".
Sin embargo, esto se modifica en dos momentos, relata el informe. Uno es el 18 de febrero, pasado un día de la desaparición, cuando el imputado, al encontrarse en el domicilio con familiares y medios de comunicación, entra "llorando efusivamente, con gritos de afectación por lo sucedido. Lo cual en ningún otro momento vuelve a ocurrir".
Otro momento es cuando se le pide justificar el porqué dejó al niño sólo o al cuestionar los tiempos que indica sobre el recorrido de Tomás, donde él respondía "repitiendo en forma reiterada, con un aumento en su volumen de voz, velocidad en el lenguaje y expresión facial de molestia, que no miraba el reloj en ese momento y que esa es su versión".