Tras 40 años enterrados en un glaciar del Cerro El Plomo, sector cordillerano de la Región Metropolitana, personal del Ejército en conjunto al GOPE de Carabineros lograron rescatar los cuerpos de tres uniformados, de un total de cuatro, que sufrieron un mortal accidente aéreo en un helicóptero institucional el 26 de noviembre de 1981, cuando sobrevolaban Los Andes realizando reconocimientos geodésicos en dicho sector.
Luego del accidente en la década de los '80, personal militar realizó el trabajo de búsqueda sin lograr el objetivo. Sin embargo en 1991 un montañista logró avistar el fuselaje del helicóptero y el cuerpo de uno de los tripulantes, pero el agreste terreno en el que se encontraban no permitió un salvataje.
Pero fue a principio de este año, y luego que los glaciares se derritieran, que un helicóptero civil avistó nuevamente los restos, por lo que se gestionó un rescate que finalizó hoy.
El rescate
A partir de estos nuevos antecedentes se planificó una operación de tres etapas consistentes en "un reconocimiento aéreo para confirmar la presencia del helicóptero, la segunda llegar hasta el lugar con medios terrestres para confirmar si hay víctimas del accidente en el sitio y la tercera es la extracción de los cuerpos si es que estuvieran en el lugar", explica a Encancha el jefe del Comando de Operaciones Especiales, General del Ejército Carlos Castillo.
Se trata de los cuerpos del teniente Ricardo Viscaya, piloto; el subteniente Eduardo Reyes, copiloto, y Mario Benavides, topógrafo del Instituto Geográfico Militar (IGM). En tanto el cuerpo del cabo Ramón Sepúlveda, Mecánico tripulante, aún no puede ser rescatado de las entrañas de la cordillera.
"Debido a que la localización de los restos de la aeronave es en una altitud en la cual los helicópteros operan con márgenes de potencia disponibles bastante acotados. Hay que buscar que se produzcan las condiciones de temperatura y viento que permitan acceder con los pesos que requieren las unidades que están en tierra para recuperar a nuestros camaradas", agrega el capitán de Ejército, Felipe Verdugo, piloto de la aeronave que participó en el rescate de los cuerpos.
De esta forma se empieza a poner fin al luto de tres familias que no pudieron darle un eterno descanso a sus seres queridos. En tanto las maniobras para ubicar el cuerpo del cabo Sepúlveda continuarán hasta el próximo miércoles, dependiendo de las condiciones climáticas.