Colombia entregó información a Chile sobre interés de un grupo guerrillero en el estallido social

Los datos apuntan a que un líder del ELN estaba en pleno conocimiento de lo que ocurría en nuestro país y de cómo se hablaba de un plan que apuntaba a infiltrarse en organizaciones y agudizar las protestas.

El medio T13 informó que los servicios de inteligencia de Colombia tomaron contacto con sus pares en Chile, con el fin de entregar información reservada sobre mensajes y comunicaciones de un alto jefe del Ejército de Liberación Nacional (ELN, grupo terrorista del país cafetero), que estaban vinculados al estallido social del pasado 18 de octubre de 2019.

Según se informa en dicha referencia, estos datos se obtuvieron tras una operación realizada el pasado 25 de octubre de 2020, cuando comandos de inteligencia de las Fuerzas Militares y de la policía colombiana abatieron en la selva del Chocó a Andrés Felipe Vanegas Londoño, alias Uriel, quien era uno de los jefes del frente de guerra occidental del ELN.

En dicho operativo, se lograron recabar 2 millones de archivos digitales, entre los que se cuentan planes para secuestrar a los hijos del expresidente colombiano, Álvaro Uribe, donaciones millonarias a una campaña presidencial en Ecuador, un posible secuestro a un empresario en Argentina y comunicaciones alusivas a las protestas masivas del 18O.

Cabe decir que la información fue dada a conocer a T13 por parte del Gobierno, en donde se detalla que ambos servicios de inteligencia profundizaron su colaboración tras lo ocurrido en las manifestaciones de 2019, reconociéndose por ejemplo que una de las falencias del Estado chileno fue el área de inteligencia, que no logró anticipar ni alertar dichas manifestaciones.

Según se expresa por parte del medio, las autoridades colombianas advirtieron a las locales de que se hablaba de nuestro país como parte de un plan de la guerrilla del ELN como "Hermes", el cual apuntaba a la infiltración de organizaciones y agudizar las protestas.

Cabe mencionar que el reflote de esta información surgió tras la publicación periodística de la revista Semana, en donde se compartieron algunos mensajes de Uriel acerca de cómo este tenía interés en seguir de cerca el estallido social en Chile, y que mantenía constante comunicación con el MIR y el FPMR.