Samuel Israel, denunciado como organizador de las dos polémicas fiestas que se llevaron a cabo en Cachagua, durante el contexto de la pandemia del coronavirus en pleno Año Nuevo, conversó con Revista Sábado de El Mercurio, en donde dio su versión de lo ocurrido, luego de las críticas recibidas a inicios de enero.
El piloto de Rally relató que la primera celebración "no era una fiesta, era una junta de amigos. O sea, nunca se vendieron entradas, nunca se publicó nada, nunca se vendió alcohol, respetamos todas las normas sanitarias, respetamos también el toque de queda. Fue una junta con mi gente conocida".
Israel aseguró que no habían más de 30 personas reunidas, tal como ocurrió en la segunda celebración del 2 de enero, que a su juicio "se cataloga como fiesta. Volvimos a hacer lo mismo, respetando absolutamente las normas. Había una persona de la casa que estaba de cumpleaños y quisimos disfrutar el cumpleaños con él. Nuevamente se ve que hay mucho movimiento en el condominio. Ese día llega carabineros, pero nosotros no nos percatamos, lamentablemente".
El piloto toma distancia con respecto a la viralización de imágenes que muestran una celebración en Cachagua, afirmando que en sus festejos "nadie salió infectado".
"Todos se hicieron el examen PCR y nadie salió positivo. Puedes analizar los videos de la gente de esa fiesta y eran puros niños de 20, 21 años. Nosotros todos tenemos de 30 hacia arriba. La casa a la que fuimos tampoco tiene ninguna similitud con lo que muestra el video. Ni siquiera se podía ver el mar. Tampoco conozco a las personas que se nombra en los audios. No tengo relación con ellos", aseveró.
De todas formas, Israel reconoció que "obviamente uno comete errores y esta fue una lección que aprendí. Me encantaría hacer un llamado a la gente para que piense más de una vez, aunque sea para armar una minijunta, y que respeten las normas sanitarias. Hay que cuidarse, porque esto obviamente puede ser fatal y nos debemos cuidar entre todos".