Este jueves 16 de diciembre se comunicó el fallecimiento de Lucía Hiriart, la viuda del dictador Augusto Pinochet, quien perdió la vida a los 99 años luego de estar hospitalizada por problemas respiratorios.
Lucía Hiriart fue un personaje controversial en la historia de Chile, puesto que ostentó el cargo protocolar de Primera Dama entre 1973 y 1990 - durante la dictadura- y que según cercanos a la familia Pinochet-Hiriart, tuvo injerencia en decisiones que tomaba su marido en ese entonces.
Así mismo, tuvo varios momentos y frases que han sido recordadas durante años por los chilenos y chilenas, en las cuales se hace alusión a diversos hechos ocurridos durante la dictadura militar.
Caso Quemados
- En el marco del caso quemados del año 1986, donde fueron afectados Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana, Lucía Hiriart declaró "para qué se queja tanto esta niña, si se quemó tan poco". Estas declaraciones fueron recogidas en el libro "Doña Lucía".
Salvador Allende
- Durante el 2003 se le consultó en la Revista Caras sobre los actos que se hicieron en honor a Salvador Allende por el aniversario del 11, a lo cual declaró "muchos de los gestos me parecen puro teatro, no tienen mayor importancia… Pero al leer la prensa, ves cosas tan inverosímiles, parciales y malintencionadas que piensas que lo único que falta es que canonicen a Allende".
Los insultos a Pinochet
- Según la revista Ñ de Clarín de Argentina del 2013 la viuda del dictador Augusto Pinochet lo trataba de "¡Poca cosa!" y "¡Milico!" antes del golpe de Estado y de los privilegios de reina que llegó a tener en dictadura.
Plebiscito
- "Los chilenos son unos mal agradecidos", fue lo que dijo Lucía Hiriart, la noche del 5 de octubre de 1988, cuando Pinochet perdió de forma estrepitosa el plebiscito que generó que tras 17 años en dictadura regresara la democracia al país.
“Mujeres de dictadores”
- El periodista argentino Juan Gasparini, publicó el año 2002 en su libro 'Mujeres de dictadores', una historia en la cual relata que "una noche de junio de 1973 en Santiago, cuando el general Augusto Pinochet resolvía irse a dormir, su esposa Lucía Hiriart se le acercó, lo tomó de la mano y conduciéndolo hasta el dormitorio de los niños le dijo: 'Ahí están sus hijos. Ellos caerán bajo la tiranía comunista por su culpa, porque usted no se atreve a actuar'.