La contaminación atmosférica, en la actualidad, ha alcanzado niveles nocivos para la salud de la población, razón por la cual diferentes entidades se han dedicado a estudiar sus efectos en el mundo. Una de estas es IQAir, firma suiza que publicó su último estudio sobre la calidad del aire, en donde evaluó ciudades de América Latina.
En esta edición, el estudio reveló que la presencia de material particulado 2.5, que es uno de los más perjudiciales, presentaba altos niveles en la región, ello debido en gran parte al importante registro de incendios forestales en la zona.

Estas son las ciudades más contaminadas de América Latina
Este martes, la firma suiza IQAir publicó su 7º Informe anual sobre la calidad del aire en el mundo, donde analizó los niveles de contaminación imperceptibles a la vista en elementos del ambiente.
En la oportunidad analizó a diferentes ciudades de América Latina, en donde Chile destacó, puesto que de las diez más contaminadas, seis de ellas se ubican en el país. Revisa a continuación el listado:
- Santa María, Perú
- Coyhaique, Chile
- Pitrufquén, Chile
- Angol, Chile
- Nacimiento, Chile
- Porto Velho, Brasil
- San Juan de Lurigancho, Perú
- Sena Madureira, Brasil
- Victoria, Chile
- Osorno, Chile
Dentro de las comunas chilenas en el ranking se destaca que todas se emplazan en el sur del país, zona donde se concentra la calefacción por combustión a leña, un aspecto que se suma a los efectos de la deforestación.
Al respecto, la vocera de la ONG Greenpeace, Silvana Espinosa, señaló a EFE que, “la contaminación del aire en Chile es una problemática ambiental y de salud pública que requiere una respuesta estatal urgente y estructural. Si bien factores naturales agravan el problema, la mayor parte de la contaminación proviene de fuentes antropogénicas, como el transporte y la quema de leña para calefacción y cocina, que en algunas ciudades del sur representan más del 80 % del material particulado fino (PM2.5)”.
En esa línea, agregó que, “la falta de acceso a sistemas de calefacción limpios y eficientes perpetúa esta crisis, exponiendo a la población a niveles peligrosos de contaminación. Frente a esta realidad, el Estado debe actuar con medidas concretas y ambiciosas, promoviendo la transición hacia energías más limpias para la calefacción domiciliaria, regulando con mayor fuerza las emisiones del transporte y la industria, e invirtiendo en monitoreo y gestión de calidad del aire”.