La última tormenta ocurrida en China, más exactamente en la sureña ciudad de Guangzhou, ha dado la vuelta al mundo por lo impresionante que resultó ser.
Tal como se puede apreciar en los registros, desde el cielo cayeron granizos tan grandes que incluso podían compararse con el tamaño de un puño humano.
Estos proyectiles naturales no solo ocasionaron daños en hogares y bienes públicos, sino que también en personas que se encontraban en las calles del sector chino.