La iniciativa de la división británica de Aldi, cadena de supermercados alemana, marcó un hito en la industria vinícola: Anunció el lanzamiento de dos variedades de vino embotelladas en un material poco convencional, cartón reciclado. Esta innovación, resultado de una colaboración con Frugalpac, una empresa con sede en Ipswich, se presentó como una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
El lanzamiento, que tuvo lugar el 18 de marzo, coincidiendo con el Día Mundial del Reciclaje, fue una elección estratégica que subrayó el compromiso de Aldi con la sostenibilidad. Julie Ashfield, directora de compras de Aldi Reino Unido, destacó la importancia de esta iniciativa en el contexto de una creciente conciencia ambiental entre los consumidores.
La reducción de la huella de carbono fue otro aspecto fundamental de esta innovación. Con un contenido de cartón reciclado del 94%, estas botellas prometen reducir significativamente las emisiones de carbono en comparación con las de vidrio estándar, al tiempo que son cinco veces más ligeras.
Las nuevas botellas, distinguibles por etiquetas rojas y blancas, ofrecen a los consumidores una opción más ecológica. El Shiraz y el Sauvignon Blanc de la bodega sudafricana Cambalala estan disponibles por 7,99 libras cada uno (unos nueve mil pesos chilenos).
¿Qué dicen los enólogos sobre el almacenamiento del vino en cartón?
Aunque persistieron interrogantes sobre la idoneidad del cartón para el almacenamiento del vino, expertos en la materia, como la empresa italiana Gambero Rosso, reconocieron el potencial de este avance en la reducción de la huella ecológica.
En una entrevista realizada por En La Hora al enólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Benjamín Velásquez, compartió sus reflexiones sobre la posible adopción de nuevos tipos de empaques para el vino, subrayando la arraigada tradicionalidad en la industria vinícola y la importancia que las marcas de renombre otorgan a la presentación del producto. “Se me hace difícil imaginar que grandes vinos o vinos de gran renombre empiecen a utilizar botellas o empaques de este tipo, de cartón, de plástico o ese tipo de opciones”, señaló Velásquez.
Asimismo, reconoció la necesidad de garantizar que estos empaques no afecten las características del vino, afirmando que “en el sentido de que se tiene que tener certeza de qué manera o no va a afectar o a modificar las características sensoriales del vino este uso de nuevos materiales”.
También valoró la innovación como respuesta a las preocupaciones ambientales y el cambio de preferencias de los consumidores más jóvenes y en regiones emergentes en la vitivinicultura, destacando la oportunidad que esta innovación representa para conectar con un público nuevo, ofreciendo un enfoque fresco que podría atraer a aquellos que tradicionalmente no se han sentido atraídos por el vino. “Cada vez es más difícil llegar al público joven con el consumo del vino. Y esto a lo mejor abre una puerta a que se pueda crear mayor conexión con esa área del mercado que el vino en general no suele abarcar muy bien”, concluyó Velásquez.