La capital de la India, Nueva Delhi, el pasado 4 de noviembre llegó a niveles insólitos de contaminación, registrando un índice de calidad del aire superior a 600, lo que implica graves efectos para la salud de las personas. Al día de hoy la situación se mantiene.
El Índice de Calidad del Aire, que mide la concentración de partículas finas conocidas como PM2.5 en suspensión es considerado "severo" en Nueva Delhi, y se ubica 40 veces arriba del valor de referencia anual de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud.
Esta situación genera una gran preocupación ya que este tipo de contaminación es inhalada con facilidad, asentándose profundamente en los pulmones.
Ante la emergencia ambiental, el 29 de octubre las autoridades sanitarias iniciaron una campaña para mejorar las condiciones del aire, para ello se implementó el cierre de fábricas, frenar obras construcción, cerrar escuelas primarias y priorizar el teletrabajo. Sin embargo, la campaña no ha dado resultado.
Las autoridades de India adjudican el aumento de la contaminación del aire a los agricultores que abrían quemado los desechos de cultivos.
La capital india es considerada una de las más contaminadas del mundo, incrementando la condición en invierno producto de los incendios agrícolas en los estados vecinos de Punjab, Haryana y Uttar Pradesh.