Hacer un auto es, hace mucho tiempo, algo imposible sin los robots. Originalmente, las líneas de ensamblaje contaban con brazos robóticos para poder mover las grandes piezas, pero con el paso de los años y el avance de la tecnología, estas máquinas ya están participando en todas las etapas de fabricación.
En Brasil, la planta Resende de la marca japonesa Nissan, está incorporando ocho nuevos robots a las zonas de pintura y también en el área de instalación de los plásticos.
En el edificio de pintura, cuatro nuevos robots son ahora los responsables de la protección inferior de las carrocerías. En una secuencia de movimientos ordenados y precisos, aplican automáticamente una masa protectora contra ruidos y pequeños impactos en los chasis del Kicks de Nissan.
Los nuevos integrantes del área componen la primera estación automática instalada fuera de la cabina de pintura. Son fundamentales para reducir los tiempos de esta etapa del proceso y para la utilización más eficiente de los materiales. Actualmente, 360 carrocerías por día pasan por el lugar, aproximadamente 22 unidades por hora.
El edificio de plástico también fue reforzado con la instalación de otros cuatro robots en la cabina de pintura de los parachoques, para la aplicación de la base. Ahora, el proceso pasó a ser 100% automatizado, teniendo en cuenta que la aplicación de barniz ya era realizada por otras dos máquinas.
Con la instalación de estas nuevas tecnologías robóticas, el complejo industrial de Nissan en Resende pasó a tener 113 robots funcionando diariamente en su línea de montaje.