La empresa automotriz Toyota anunció oficialmente que decidió suspender las entregas de las versiones diésel de 10 de sus modelos como resultado de las irregularidades detectadas en la certificación de sus motores y que son producidos por su filial Toyota Industries.
Una investigación independiente confirmó que son tres motores diésel producidos por Toyota Industries que se vieron afectados por irregularidades del mismo tipo. “Durante las pruebas de certificación, la potencia de los tres motores diésel en cuestión se midió con programas diferentes de los que se usaron para su producción en serie, de manera que los valores obtenidos por sus certificaciones presentaban “menos variaciones”, según explicó Toyota en un comunicado.
Los motores afectados por estas irregularidades son los 1GD, 2GD y F33A, utilizados en varios modelos, incluyendo a la popular Hilux, su hermana SUV Fortuner, el furgón Hiace o incluso a los Land Cruiser Prado, Land Cruiser 300 y modelos de Lexus, llegando incluso a afectar a motores de algunos camiones de Hino. Estos tipos de autos, suv y camionetas fueron comercializados desde el año 2017 en adelante.
La información es considerada un duro golpe para el conglomerado nipón, y que, desgraciadamente para ellos, se suma al escándalo de pruebas adulteradas por otra de sus filiales, Daihatsu, cuya producción está suspendida desde diciembre pasado.
Las autoridades de transporte en Japón iniciaron una amplia investigación y la empresa se comprometió a entregar todos los antecedentes a la brevedad.
En Argentina, donde Toyota tiene una fabrica, reaccionaron con cautela y aseguran que no tienen información de que esos motores hayan llegado al mercado sudamericano.