Con el fin de realizar nuevos descubrimientos sobre el Espacio Exterior, año a año son decenas los astronautas que llegan a habitar la Estación Espacial Internacional (ISS) por largos periodos de tiempo.
Estadía que si bien puede ser muy provechosa desde el punto de vista de la ciencia también acarrea numerosos impactos en la salud física y mental de quienes deben pasar meses viviendo en gravedad cero.
En base a eso, un estudio reciente realizado por expertos de la NASA en colaboración con las universidades de Florida y Texas reveló además cómo se ve afectado el cerebro de los astronautas de forma permanente después de pasar estadías prolongadas en el Espacio.
Así cambian las conexiones cerebrales de los astronautas que viven en el espacio por largos periodos de tiempo
Para medir el impacto de la vida en gravedad cero, los expertos analizaron el comportamiento y conectividad cerebral de un grupo de astronautas que pasaron al menos 6 meses en el Espacio a través de resonancias magnéticas hechas durante la realización de tareas de memoria de trabajo espacial (MTE, o spatial working memory SWM en inglés) que representan la habilidad de mantener la información espacial activa en la memoria de trabajo durante un breve periodo de tiempo.
Así, el estudio pudo comprobar que si bien la actividad y el rendimiento cerebral no se ven mayormente afectados por la gravedad cero, sí se evidenciaron reducciones significativas en la conectividad cerebral principalmente en la circunvolución occipital superior (cuyo rol es interpretar la orientación, la forma, los colores y el movimiento), y entre la circunvolución occipital media izquierda (que trabaja con el movimiento visual) y la circunvolución parahipocampal izquierda (que ayuda con el orden temporal de la memoria episódica); el cerebelo izquierdo (encargado de tareas visoespaciales y de la memoria verbal) y el córtex occipital lateral izquierdo (que interpreta y procesa las imágenes que ingresan a través de la visión) antes y después de los vuelos al Espacio.
En otras palabras, pasar prolongados periodos de tiempo viviendo en gravedad cero está asociado a una mayor dependencia a las entradas visuales y a una disminución del rendimiento en las tareas de memoria de trabajo espacial; aunque también en algunos casos se produjo una leve mejora en la conectividad visual y la visomotora, por lo que la conclusión es que vivir fuera de nuestro planeta puede causar alteraciones tanto perjudiciales como compensatorias en la salud de los astronautas.