Es muy común que los bebés, niños y adolescentes tengan caídas o golpes en la cabeza, ya que la mayoría del tiempo están explorando el mundo y haciendo actividades físicas, las que en ocasiones son riesgosas. Pese a que generalmente estas no son graves, otras pueden provocar una conmoción, es decir, una lesión traumática que afecta la función cerebral.
Ante esto, Harvard Health Publishing ofrece ciertas recomendaciones que pueden seguir los padres y adultos a cargo para identificar y manejar una conmoción cerebral, tales como medidas para prevenir daños adicionales a los golpes.
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Así puedes identificar una conmoción cerebral según Harvard
Dado que la conmoción en la mayoría de los casos no es visible externamente, es importante saber conocer cuáles son los signos de haber tenido una. Los síntomas puede ser los siguientes:
- Desmayo o mareos
- Dolor de cabeza
- Cambios en la visión
- Sensibilidad a la luz y al ruido
- Confusión o desorientación
- Dificultades de memoria o concentración
- Problemas de equilibrio o coordinación
- Cambios de humor
Algunos pueden aparecer inmediatamente después del golpe, mientras que otros pueden manifestarse en los días siguientes. La observación continua y el cuestionamiento adecuado pueden ayudar a reconocer estos síntomas en bebés, niños y adolescentes.
Estas son las recomendaciones de Harvard para evitar daños adicionales al cerebro
De las medidas más importantes que hay que tener en cuenta, es que no se debe que sufrir una segunda lesión. Muchas lesiones en el cerebro sin que haya sanado la anterior puede tener efectos a largo plazo, como la encefalopatía traumática crónica (ETC), que se produce generalmente en deportes de contacto.
Las personas que sufren una contusión tienen que dejar de realizar actividades físicas y recibir atención médica. Ahí se les hará una evaluación, se les entregará medidas a seguir y se hará un seguimiento de la recuperación del paciente.
Anteriormente, se aconsejaba el descanso total, pero las investigaciones recientes sugieren que una vuelta gradual a la actividad favorece la recuperación. De igual manera, Harvard entrega además estas otras recomendaciones en caso de que ocurra esta eventualidad:
- Reposo inicial seguido de un regreso gradual a la actividad física ligera, siempre bajo supervisión médica.
- Supervisión de padres, entrenadores y escuelas para asegurar que el niño reingrese a las actividades de manera adecuada.
- Uso de cinturones de seguridad y dispositivos de retención en el automóvil.
- Establecimiento de normas de seguridad al jugar, como el uso de cascos en deportes y supervisión en actividades riesgosas.