Gracias a las efectivas estrategias de publicidad, las empresas dedicadas a la venta de bebidas energéticas han gozado de un incremento en sus ventas en todo el mundo. Lo anterior, según un estudio de Universidad de Teesside publicado en Public Health, ha provocado que más de 1,2 millones de menores de edad de 21 países consuman este tipo de bebestibles sin el control de algún adulto responsable.
La situación suscita la preocupación de especialistas de la salud y autoridades de gobierno que, ahora, buscan que se regule la venta de estos productos y se prohíba su consumo en menores, con el fin de eliminarlos de sus dietas, ya que son un riesgo para su salud.
¿Por qué las bebidas energéticas son tan dañinas?
La bebidas energéticas presentan taurina y cafeína, componentes que promueven la recuperación celular y el aumento de los niveles de energía, respectivamente. Sin embargo, ambos elementos pueden provocar alteraciones importantes en el sistema nervioso.
Al respecto, el Director del Departamento de Fisiología de la Universidad de Concepción, Dr. Gustavo Moraga Cid sostuvo a la Universidad de Concepción que, “el 95% de las personas que ingieren estas bebidas se ‘van para arriba’, porque la cafeína es un activador neto del sistema nervioso central, es capaz de actuar de varias formas: a través de receptores de adenosina, por ejemplo, que están en nuestro cerebro y que nos hacen estar despiertos, estar intelectualmente activos, hacer tareas con más concentración”.
A pesar de lo anterior, la cafeína puede actuar en la médula espinal, causando modificaciones en los movimientos finos y movimientos en el intestino.
Con respecto a la taurina, señaló que “actúa como un agonista parcial del receptor de glicina, activa el sistema inhibitorio, pero lo hace de forma parcial, logrando como un resultado general sistémico, un incremento en la excitabilidad del sistema nervioso”.
Por otro lado, el académico de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción, Daniel Gaete Rivas, explicó que “un consumo regular puede llevar a una dependencia psicológica y física, donde la persona siente la necesidad de consumir estas bebidas para mantenerse alerta o combatir la fatiga. Esto puede derivar en un círculo vicioso, donde se requiere un consumo cada vez mayor para obtener los mismos efectos”. Por lo anterior, estas bebidas pueden generar ansiedad, trastornos del sueño, problemas gastrointestinales y cardiovasculares.
Por las razones ya mencionadas, los senadores Karim Bianchi, Juan Luis Castro, María José Gatica y Alejandra Sepúlveda presentaron un proyecto de ley, con el fin de limitar la venta de las bebidas energéticas y, sobre todo, disminuir su consumo no regulado en menores de edad.