El síndrome de piernas inquietas (RLS por su nombre en inglés) es un trastorno neurológico que provoca una necesidad incontrolable de mover las piernas y que a menudo va acompañada de sensaciones incómodas como hormigueo, picazón o tirones. Esta afección afecta entre el 2% y el 8% de la población , siendo especialmente problemático durante los periodos de descanso.
Los síntomas pueden interferir con el sueño y, en consecuencia, perjudicando la calidad de vida de quienes lo padecen. Aunque su causa exacta no siempre se conoce, seguir ciertas recomendaciones en el estilo de vida pueden ser efectivas para mitigar su impacto. Cabe destacar que, la gravedad de la enfermedad varia dependiendo de cada paciente.
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¿Cuáles son los síntomas del síndrome de piernas inquietas?
Los síntomas del RLS suelen manifestarse en las piernas, aunque algunas personas pueden experimentarlos también en los brazos. Las sensaciones incómodas suelen intensificarse durante la inactividad o al intentar dormir, y tienden a aliviarse momentáneamente al mover las extremidades. Su gravedad puede variar desde leve hasta severa, dependiendo de la cantidad de veces que ocurra por semana.
Revisa el listado de los síntomas más comunes:
- Necesidad intensa de mover las piernas, a menudo debido a sensaciones incómodas.
- Los síntomas que empeoran durante el descanso o la inactividad
- Alivio temporal de los síntomas con el movimiento.
- Estas molestias se intensifican por la tarde o por la noche
- Los síntomas que no se explican por otras afecciones.
Estas son las recomendaciones para aliviar los síntomas
Para quienes sufren de síntomas leves, existen diversas modificaciones en el estilo de vida que pueden proporcionar alivio. Es esencial realizar un control de hierro, ya que su deficiencia puede agravar el RLS.
Limitar el consumo de cafeína, alcohol y azúcares refinados también puede ser beneficioso. La práctica regular de ejercicios de baja a moderada intensidad, junto con técnicas de relajación como yoga o meditación, puede mejorar el bienestar general. Además de masajes en las piernas o almohadillas térmicas o vibratorias.
Adicionalmente, establecer una rutina de sueño consistente y mantener un ambiente propicio para descansar contribuirá a reducir los síntomas y mejorar la calidad del sueño. Es importante evitar el ejercicios vigoroso antes de ir a dormir.