Con la llegada del invierno sufrir por enfermedades respiratorias es algo bastante común, sin embargo, hay unas que son más peligrosas que otras, por lo que es importante cuidarse y protegerse correctamente.
Una forma de evitar estos contagios es potenciando el sistema inmunológico y existen diversas formas para lograrlo.
El Director de la carrera de Kinesiología de la UST Santiago, Alexis Espinoza, indica los tres aspectos clave para esto: los probióticos, una alimentación adecuada y el ejercicio físico.
Los probióticos
Los probióticos, son microorganismos vivos beneficiosos presentes en ciertos alimentos y suplementos, los cuales desempeñan un papel importante en nuestra salud inmunológica.
Estos estimulan la producción de células inmunológicas, como los linfocitos, fundamentales para una respuesta inmunológica eficiente.
Además, los probióticos también pueden aumentar la producción de anticuerpos, proteínas que combaten infecciones y protegen nuestro cuerpo de patógenos invasores. Al equilibrar la flora intestinal y fortalecer el sistema inmunológico, estos microorganismos reducen el riesgo de infecciones respiratorias.
Alimentación adecuada
Algunos alimentos desempeñan un papel clave en la potenciación del sistema inmunológico. Las frutas cítricas, como naranjas y limones, son altas en vitamina C. A su vez, el ajo, también posee propiedades antimicrobianas.
El jengibre, con sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Además, los vegetales de hojas verdes, como las espinacas y el brócoli, son ricos en vitaminas A, C y E, y también en antioxidantes.
Todos estos alimentos pueden fortalecer nuestro sistema inmunológico y ayudar a combatir infecciones.
Ejercicio
El ejercicio físico también juega un papel fundamental en nuestra respuesta inmunológica. La evidencia científica ha demostrado los potentes efectos del ejercicio sobre el sistema inmunológico y su capacidad para generar una respuesta antiinflamatoria frente a procesos infecciosos.
Durante el ejercicio de intensidad moderada, el músculo libera compuestos llamados mioquinas, que contribuyen a una respuesta antiinflamatoria. Por lo tanto, el ejercicio regular puede mejorar nuestra capacidad cardiorrespiratoria y ejercer un efecto protector sobre nuestro sistema inmunológico.