Este sábado 10 de septiembre se realizó el cambio de hora, dándole la bienvenida al horario de verano. La primavera ya se siente en el aire, sin embargo, los días más largos y con mayor luz, provocan efectos en la rutina de la población, principalmente de las y los trabajadores.
Adelantar una hora nuestros relojes no solo afecta el sueño, sino que además puede traer consigo una serie de causas que podrían eventualmente afectar el bienestar laboral.
¿Qué podemos hacer? El Instituto de Seguridad Laboral (ISL), servicio público dependiente de la Subsecretaría de Previsión Social del Ministerio del Trabajo, compartió algunos consejos para enfrentar el cambio de hora.
Cambio de hora: ¿Cuáles son los efectos del horario de verano en la salud de los trabajadores?
Desde el ISL señalan que el cambio de horario no solo modifica el ritmo de vida, sino también el ritmo circadiano. Además, altera la regulación de las hormonas y alborota el funcionamiento del cuerpo.
Hay algunos estudios que demuestran que aumentan las posibilidades de infartos al miocardio y las de accidentes cerebrovasculares, todo esto producto del cambio de horario.
"Si se habla de efectos laborales directos, es probable que la persona tenga más sueño, agotamiento y mayor predisposición al estrés", indican desde el Instituto de Seguridad Laboral.
En resumen, los "síntomas" asociados al cambio de horario son parecidos a los del jet-lag: fatiga, cansancio y somnolencia durante el día, además se puede presentar dificultad para conciliar el sueño por la noche, irritabilidad, falta de concentración y disminución del rendimiento físico e intelectual.
Recomendaciones para enfrentar el cambio de hora
Considerando que un buen descanso es fundamental para poder cumplir con nuestras obligaciones, si buscas evitar estos síntomas del cambio de hora, algunas de las recomendaciones del ISL son:
Lo ideal es comenzar la semana anterior a dormir y levantarse más temprano.
Debes mantener lo que se conoce como "higiene del sueño": apagar televisores y pantallas una hora antes de irse a dormir.
Genera una rutina en torno a este nuevo horario, incluso fines de semana.
Evita estimulantes como café, bebidas, nicotina, té, cacao y alcohol después de las 17:00 horas.
Come algo ligero 2 o 3 horas antes de ir a dormir.
Evita las siestas.
En caso de presentar trastorno del sueño, recuerda siempre visitar a un especialista y no automedicarse.