Los antioxidantes son alimentos naturales o artificiales que son capaces de prevenir daños a nuestras células. Sus compuestos, que interactúan con los llamados radicales libres -elementos que dañan nuestro sistema celular-, tienen la habilidad de neutralizarlos y darnos una mano en nuestro objetivo de llevar una vida saludable.
Si bien nuestro cuerpo contiene algunos elementos antioxidantes, a quienes llamamos endógenos, de todas maneras necesitamos de una fuente exógena para fortalecer el combate contra los compuestos que dañan nuestras células, y allí aparecen ciertos alimentos amigos.
5 alimentos antioxidantes para incluir en nuestra dieta
1) Zanahoria
Las zanahorias contienen un compuesto llamado betacaroteno que, según diversos estudios, ayuda a prevenir la aparición de la diabetes. Es importante incluirla en tu dieta y comerla al menos dos veces por semana, y si no te gusta, puedes recurrir a la calabaza o el pimiento, que poseen el mismo elemento.
2) Brócoli
Es una buena fuente de provitamina A, muy rico en luteína y zeaxantina, que se depositan en el ojo de forma natural y que aportan a la buena visión. Además, este alimento contiene pocas calorías y alto en fibra y minerales.
3) Tomate
El tomate, alimento habitual en las casas, es una importante fuente de licopeno, un antioxidante que nos ayuda en nuestro organismo. La ingesta de este elemento puede considerarse como una medida preventiva y terapéutica no farmacológica para diferentes tipos de enfermedades, así que sacar de la ensalada al tomate sería prácticamente un crimen en contra de nuestra salud.
4) Uva
La uva posee resveratrol, un fuerte antioxidante que la ciencia ha relacionado con la prevención de enfermedades como el cáncer o el alzheimer. En todo caso, a no confundir la ingesta de vino tinto, práctica recomendada por algunos médicos, con la vida saludable que pretendemos llevar, pues el resveratrol perderá efecto si a esto le agregamos alcohol, siempre dañino para nuestro cuerpo.
5) Té verde
Es rico en catequinas, un antioxidante con múltiples beneficios que, según la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA), no debe consumirse en cantidades superiores a 800 mg/día. El té verde, además, nos ayuda a prevenir ciertas enfermedades crónicas como problemas cardíacos, diabetes y hasta el cáncer.