Por Milo Parker (@UCParker)
Es verdad que la propuesta de Beñat no enamora a la vista, pero cuando terminan los partidos y vemos la tabla de posiciones, se produce un sentimiento de satisfacción y orgullo que hace que todo valga la pena. Claro, el
míster
se salta el
jogo
bonito, pero él vino a sacarle rendimiento al equipo, y hasta acá (habiéndose jugado más de un cuarto del campeonato) bordeamos el noventa por ciento de efectividad. Digámoslo, la propuesta del
míster
es ser sólidos defensivamente. Así de simple y predecible. Para eso trajo a un porterazo y por delante de él construyó una muralla que está resultando ser la menos sobrepasada de campeonato. Sólo hemos recibido cinco goles en nueve partidos, de los cuales dos de ellos fueron penales extremadamente dudosos, más la “malacue” del autogol de M. Dituro en la primera fecha. Entonces “
La Muralla Vasca”
ha recibido a penas dos goles bien encajados. El golazo de M. Cortés (Curicó Unido) y un cabezazo de T. Figueroa (U. Española), que mide casi dos metros de altura. Lo lindo de todo esto es la humildad del equipo. Que no se cree más de lo que es. Y esa es la lucidez nos tiene en lo más alto del torneo. Ahí está nuestro brillo. En el trabajo bien enfocado. En ser conscientes de nuestras limitaciones. Lo más fácil sería decir “somos la Católica y vamos para adelante”, pero lo cierto que esta no es la UC del
Beto
y el
Pipo,
que estaba colmada de seleccionados internacionales. Con todo respeto, esta es la Católica de C. Lobos y D. Llanos. Tampoco hay que olvidar el poco tiempo que lleva trabajando este cuerpo técnico. Por supuesto que quedan aspectos por mejorar. Como mantener la intensidad en ataque cuando nos ponemos en ventaja en el marcador, sobre todo en San Carlos (la diferencia de gol podría ser decisiva). En el aspecto táctico, vimos a una U. Católica que, si bien fue sobrepasada en la posesión del balón, controló cada ataque rival con mucha paciencia y jerarquía. Recordemos que hace menos de seis meses enfrentamos al mismo rival en el mismo estadio. Nos comimos tres goles y no paramos de correr de cara a nuestro arco. Esta vez nuestro bloque defensivo no se adelantó tanto y prácticamente no dejamos espacios en nuestra propia mitad del campo. Por supuesto que no nos salió gratis. Hubo que sacrificar volumen ofensivo para darle aún más solidez a nuestra hermosa muralla de barro. Lo importante es que se ganó, y avanzamos tres valiosos pasos rumbo al objetivo. La próxima batalla será en casa frente al colista (A. Italiano). Linda oportunidad para marcar aún más diferencias con respecto a nuestros escoltas y seguir solidificando la confianza del grupo. Vamos por más.