El Udinese de Alexis Sánchez y Damián Pizarro obtuvo ayer un importante triunfo en la Serie A: victoria por 1-0 sobre el Lecce en condición de visitante y todo era alegría en el conjunto de Friuli. Sí, era...
Resulta que la felicidad duró muy poco en el equipo de los chilenos (Pizarro no fue considerado), luego de que ayer quedara en evidencia un problema interno en el plantel. Una absurda disputa entre compañeros -Lorenzo Lucca y Florian Thauvin- por patear el penal de la victoria dejó claro que algo pasa al interior del Udinese.
“Se produjeron acalorados debates sobre el balón, con Thauvin afirmando su papel mientras sus compañeros intentaban mediar. La tensión subió hasta el punto que Alexis Sánchez y hasta el árbitro tuvieron que intervenir para restablecer el orden”, escribió en Italia el medio FootBoom, que describió lo sucedido como una “escena surrealista”.
¿Qué pasa en la interna del Udinese?
Al parecer, hay problemas sin resolver dentro del plantel bianconero. Así, al menos, lo da a entender el medio antes citado.
“Lo que se suponía que sería un momento de celebración se convirtió en una fría indiferencia por parte de sus compañeros de equipo. Nadie se apresuró a felicitarlo, poniendo claramente de relieve la fractura interna provocada por su comportamiento rebelde. Mientras Lucca festejaba frente a la cámara y hacía gestos triunfales, sus compañeros le dieron la espalda", se señala en la publicación.
Para Lorenzo Lucca, uno de los animadores del conflicto y quien en definitiva terminó pateando el penal, hubo consecuencias.
“En el minuto 36, el técnico, Kosta Runjaić, sustituyó a Lucca, mandándolo directamente al banquillo y dando entrada en su lugar a Iker Bravo. Esto representa una reprimenda significativa para un jugador que, a pesar de marcar, decidió desobedecer las órdenes del equipo. Este incidente plantea muchas preguntas sobre el futuro de Lucca en el Udinese y el posible impacto de esta controversia en la dinámica del equipo”, cierra FootBoom.
