A lo largo de la centenaria historia futbolística de Chile, el hincha nacional se ha encontrado con enemigos declarados. Tanto a nivel de Selección como de clubes, han existido esos futbolistas que, de solo recordarlos, provocan tirria por el daño tremendo que le han causado a nuestros representativos.
El uruguayo Fernando Morena, por ejemplo, quien en la final de la Libertadores de 1982, clavó una estocada de muerte a Cobreloa, en el mismísimo minuto 90 en el Estadio Nacional. O el brasileño Robinho, quien hizo una carrera marcándole goles de todas las facturas a la Selección Chilena. Quizás venga a la memoria también el árbitro nigerino Lucien Bouchardeu y el penal que le cobró a Ronald Fuentes en Francia 98.
Son los “enemigos de Chile”. Por supuesto que en modo lúdico y en referencia jocosa al deporte; nada relacionado con chauvinismos baratos ni honores patrióticos de ninguna especie. Pero es indesmentible que hay personajes que ¡vaya si no nos han amargado la vida en lo que a fútbol se refiere!
Y en esa categoría es donde el arquero boliviano Carlos Lampe tiene un lugar de privilegio. El guardavallas, que en nuestro medio defendió los colores de Huachipato entre 2016 y 2018, se ha convertido en una verdadera pesadilla para Chile y especialmente para la Generación Dorada.
Hoy, el ex Acerero suma un nuevo capítulo a su exitosa “cruzada antichilena”, al comandar al Bolívar de La Paz en su hazaña de dejar en el camino al Athletico Paranaense en los octavos de final de la Copa Libertadores. Lampe festeja el hito conseguido en Brasil, mientras Arturo Vidal llora por su primer gran fracaso con la camiseta del Furacao.
La génesis de la rivalidad entre Carlos Lampe y La Roja
Carlos Lampe es el epítome del aguafiestas máximo para la Selección Chilena y, más encima, se ha especializado en hacerles la vida ingrata a los integrantes de la Generación Dorada. Todo comenzó el 6 de septiembre de 2016, en el Monumental, rumbo a Rusia 2018.
Ambiente dieciochero en nuestro país, ideal para ir al estadio a ver un casi seguro triunfo de La Roja, con todas sus estrellas en momento de máximo apogeo, ante una débil selección boliviana. Lampe quiso que el trámite fuera distinto; sacó de quicio a todo el mundo: cada vez que la pelota salía por la línea de fondo, el arquero se demoraba minutos eternos en reponer el juego, todo roce que sufrió significó un interminable teatro en busca de hacer avanzar el reloj.
Al cabo, Chile no pudo con Bolivia ni con Lampe. 0-0 y, pese a que después el resultado fue 3-0 favorable a La Roja (caso Nelson Cabrera), si Chile hubiera ganado en la cancha esos puntos, quizás hubiera clasificado a Rusia.
Carlos Lampe, el domador de la Generación Dorada
Lampe también fue el titular en la escuadra altiplánica en el partido que se jugó en La Paz en esa clasificatoria a Rusia 2018. Otro partido nefasto para La Roja, porque cayó por la cuenta mínima en su visita al Hernando Siles. Otro paso en falso que alejó la posibilidad de clasificar al mundial.
El último episodio en la larga rivalidad Carlos Lampe - Chile fue el 8 de junio de 2021. La Selección recibe a Bolivia, ahora rumbo a Qatar 2022. Plena pandemia, por lo que el partido es en San Carlos de Apoquindo, sin público.
En el primer tiempo, el arquero repitió el libreto que tanto exaspera al hincha chileno: hacer tiempo cada vez que pudo. Sin embargo, Chile abrió el marcador a los 69′, por lo que ahí se acabó la jugarreta. Sin embargo, a ocho minutos del final, Bolivia encontró el empate, en la única que tuvo de peligro, con un penal dudoso. Otra vez, la Selección tropezaba en casa ante una escuadra, comandada por Lampe, a la que había que vencer para pensar en una clasificación mundialista.
Es la historia de Carlos Lampe vs el fútbol Chileno. Ahora, el arquero llevó el asunto a la Libertadores, donde dejó en el camino a Arturo Vidal. El rival de Bolívar en cuartos será Internacional de Porto Alegre, así que Príncipe Aránguiz, que Dios te pille confesado.